El Teatro San Martín a rebanadas

El título lo dice todo: al teatro del Libertador San Martín de Córdoba lo están transformando en un pan Fargo: una rebanada por aquí, otra por allá.
Todo comienza por la adjudicación y venta del predio donde quedaba la Escuela Olmos para transformarse en Patio Olmos, un shopping con todas las letras. En esa adjudicación quedan dos espacios para el comprador, pero las quejas se hicieron sentir y las salas en cuestión quedaron para los ensayos del Ballet de la Provincia y de la Orquesta Sinfónica hasta el 2038.
La ampliación del Patio Olmos reavivó la cuestión ya que se habló de una venta directa de las dos salas y explotó Troya nuevamente. Lo que pasa es que aquí en Córdoba todos están escaldados: el supuesto fraude en las elecciones, la venta de los terrenos del ex 141, las salas del teatro, además los actores no han sido muy precavidos en situaciones que, si son por derecha, tendrían que haber sido más claras, más a la luz.
Por el lado de la oposición también la cosa viene fea porque el que sacó a la luz estos hechos es el legislador Ricardo Fonseca, un hombre de perfil medio alto y denunciante de hechos no probados. De todas maneras las improlijidades siguen: con respecto a las salas se expropió lo que supuestamente tenía un comodato, en fin son las consecuencias de los raros movimientos inmobiliarios del "delasotismo".
La cosa es que una de nuestras más bellas expresiones arquitectónicas está siendo cortado a pedacitos como lo está siendo nuestra ciudad en donde hermosas casas dan lugar a conglomerados urbanos imposibles de vivir. Es toda una metáfora la falta de código urbano.