Y pasó Bob Dylan por Córdoba, una apuesta fuerte a nivel de espectáculos que dejó una estela de polémicas.
Cuando se anunció la llegada del poeta mayor del rock los del interior del país se estremeciweron. Muchos, nos incluímos, también pensaban que vendría mucha gente de otras provincias como había sucedido con otros espectáculos. Pero también estaban los más pesimistas: los que pensarom que las entradas estaban caras o, los menosm que una figura fuera de moda no convocaría a nadie.
En un principio se dijo que iba a estar en el Orfeo Superdomo, luego se publicitó en el estadio Chateau Carreras, pero como todo el público debería estar sentado se habilitó nada más que las plateas tecchadas. Luego se cambió nuevamente al Orfeo.
En estos últimos años el consumo cultural cordobés y el interés de Córdoba por lo cultural ha caído. Solamente se consideran éxtisoa a los económicos y no a los artísticos. "La cultura no vende" se escucha a todos los publicistas y, por cierto, con este concepto sus clientes auspìcian donde todos van cuando no todo ese público consume lo que se publicita allí. Cabe aclarar que en Rosario Dylan ha agotado las entradas. Cabe aclarar que Bob Dylan estuvo varios meses enla punta del ranking de discos a nivel global con su disco "Modern Times", que ganó el último premio Príncipe de Asturias, que se han hecho films tanto documentales como de ficción sobre su vida y, que al final, es un ícono de la cultura mundial. Ya con su visita ese 13 de marzo es una fecha histórica.
Musicalmente muchos fueron a escuchar los viejos temas tal como se escuchan en los discos y ellos salieron defraudados. Los que conocen la historia de Dylan saben perfectamente que él tiene un concepto jazzero sobre sus temas: que cada noche suenen distintos. Se presentó con un sexteto con cuatro guitarras, un baterista y un bajista. Uno de los guitarristas tambie´n tocó violín y su sonido se puede calificar de poderoso, de potente ya que dylan necesita apoyo para asentar su voz aguardentosa y su particular manera de acentuar las palabras. Ni las más clásicas de las canciones sonaron igual al original, el público que sabía inglés pudo advertir al cokemnzar un recitado que comenzaba "Like a Rolling Stone". Para este cronista el concierto fue impecable, con un pequeño desajuste en el sonido al principio, pero luego fue subsanado.
Los organizadores dicen que tickearon 2.700 boletos, según cálculos la audioencia pasaba las 6.000 personas, un hecho cultural histórico y un hombre quea través de los años le da una importancia superior a la palabra.
Santiago Aguirre
Foto: Fino Pizarro